jueves, 23 de septiembre de 2010

Trilogía de Deptford. Robertson Davies.













Por el poco tiempo con el que ahora dispongo, ruego a Mis Lectamientos que cada vez que hagamos una travesía por alguna librería atine con su sexto sentido e intente cazar un título interesante y que no me haga perder el tiempo. Yo soy su mecenas y es el único requisito que le impongo en una compra. Claro está que siempre queda el valor seguro como son los escritores consagrados, pero entonces, no es cacería, sería un safari por donde te guían para que observes a los animales en semiclandestinidad. Acertó. De pleno. Buen disparo. Cada vez que pasábamos por al lado de la Trilogía, exclamaba “¡esos, esos!”. Me hacía el perezoso y miraba de reojo los libros que señalaba. Más de tres veces ocurrió la misma circunstancia. Accedí. Sin embargo, negué una vez más a Mis Lectamientos  y sólo compré el primer volumen de la trilogía. No fue un acto de cobardía, más bien quería guardar mis apreciadas dimensiones espacio - tiempo. Poco espacio, menos tiempo. En la cola de pago Mis Lectamientos se comportaba como un púber; agitado, nervioso; imbécil a fin de cuentas por no comprar los dos volúmenes restantes. Casi me doy la vuelta y dejo el que iba a pagar en breves instantes, pero la cajera dijo esa palabra que según qué casos y circunstancias puede llegar a acongojarte: “siguiente”. Bendita palabra. Sólo me costó seis páginas reconocer que debía de recorrer el camino de la librería y conseguir los otros dos.

El impacto frontal que ocasiona esta obra hacia el lector es bestial. Ciento diez atmósferas en tu mente. Por cada página que lees tienes la sensación de descubrir mil formas de poseer sensaciones. No es una novela fácil. El viaje ni siquiera es agradable en muchos de sus pasajes. Por la expertación que denota el escritor en los monólogos de los personajes debía de agarrar de la pechera a la novela y, a la vez que la sacudía, tener que gritarle que no iba a poder conmigo. Pero eso sí, tiene la imantación necesaria para que tu cabeza sólo piense en seguir con la historia.

La historia está en el centro de una habitación de dimensiones gigantescas con una luz que sólo consigue alumbrar al centro donde se encuentra la historia. Empiezo a andar desde una de las paredes  y, con un caminar espiral y sin dejar de mirar hacia al centro, me acercaba con seriedad y asombro. Cada vez que daba una vuelta completa, observo que la misma historia tiene tres puntos de vista diferentes. Cambia el tiempo, el tempo, el narrador, los personajes se mezclan; en un libro son primarios, en otros secundarios. La acción sugiere un avance lineal en la época de la historia conjugando todo lo antes mencionado… pero la historia es inamovible… la historia es la misma… ¿entonces? Es verdadero arte lo que hace. No intentaré conocer ni averiguar la fórmula. Me dejaré llevar por ese caminar serio y espacioso que hace que pueda disfrutar de la lectura bestialmente. Cada vez que me acerco más supongo que voy a conocer a los personajes y a la historia más profundamente; sin embargo hay lances que lo que hace la historia es alejarse de mí para que no me acomode y así retroceder unos pasos. Aunque pueda parecer que es una molestia, es un verdadero gusto cada vez que la novela me hace esa jugada. Pocas veces se podrá conocer la estructura y el avance de personalidad y carácter de los personajes desde que nacen. En este sentido, el autor, se convierte en un conductor de primer orden. Con lo cual expongo que es un verdadero privilegio poder leer, saborear y exprimir esta novela. Intuyo el esfuerzo sobre-escribiente y la energía desarrollada en esta historia. Esfuerzo descomunal para que todos los personajes sean absolutamente creíbles. Y lo son, sin duda. Más que la historia, lo realmente importante es el desarrollo de los protagonistas. Por eso, cuando después de una caminata interesantísima hasta el centro de la habitación, ya me importaba tres cojones el desenlace del problema principal. Mientras estoy escribiendo este post, me voy acordando cada vez más de la Trilogía y será una de las pocas novelas que seguramente releeré por la cantidad de detalles, la documentación que ofrece y la intensidad sicoanalista que contienen todos y cada uno de los integrantes de esta obra maestra.

Me siento un descubridor. Creo que no es muy conocido este escritor y menos aún esta Trilogía para la gran masa pública. lo puedo comparar cuando un grupo musical no es muy conocido  y una minoría se interesa por ellos hasta tal punto que en el momento que son medianamente conocidos, la frase típica de esta minoría es que ellos ya conocían a éstos cuando no eran famosos y que ahora que son un grupo mediocre. La diferencia es que yo sí quiero que sea súper famoso este escritor y reconocido. Lo que más me pudo sorprender en el momento de descubrir esta trilogía fue la fase descendente de ediciones que caía libro tras libro. A saber: sexta edición el primero, cuarta edición el segundo y segunda edición el tercero. Es verdad que no es una lectura fácil, ni tiene una programación historial típicamente lineal, sin embargo creo que es uno de los libros con mejores artificios literarios que jamás he leído.

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